Senderos que cuentan historias: un paseo por la memoria de Paredes de Melo
Caminar por Paredes de Melo es, muchas veces, como hojear un libro que mezcla historia, tradición y naturaleza. A cada paso, el visitante se encuentra con vestigios de un pasado agrícola, ecos medievales y paisajes que aún conservan esa autenticidad que escasea en otros lugares. Lejos de las rutas turísticas saturadas, el municipio ofrece una serie de senderos que, aunque menos conocidos, revelan rincones de gran valor patrimonial y ecológico.
En este artículo, proponemos algunas rutas senderistas que permiten descubrir estos secretos en forma de caminos, fuentes, eras, antiguos hornos y parajes que se mantienen prácticamente intactos. Todo esto, sin necesidad de realizar grandes esfuerzos físicos, en recorridos aptos para familias, aficionados a la fotografía o curiosos locales que desean reconectar con sus raíces.
Sendero del Pozo del Tío Raimundo: entre olivos y memoria oral
Esta ruta circular comienza a las afueras del casco urbano, en dirección sureste, siguiendo el camino viejo hacia Fuente de Pedro Naharro. Durante siglos, este sendero fue utilizado por pastores y agricultores. El protagonista principal de este recorrido es el Pozo del Tío Raimundo, una estructura de piedra seca que sirvió durante generaciones como punto de agua y encuentro.
Más allá de su valor funcional, el pozo es también un archivo oral. Muchos mayores del pueblo recuerdan cómo se organizaban allí meriendas, charlas a la fresca o incluso improvisados cuentos infantiles. Bajo la sombra de los olivos centenarios que acompañan el camino, no es difícil imaginar aquellas escenas.
Consejo práctico: Ideal para recorrer en primavera o a primeras horas de la mañana durante el verano. Llevar agua y protección solar, ya que no todo el tramo cuenta con sombra natural.
Ruta de las Tres Eras: un testimonio de la cultura cerealista
A menudo pasamos de largo por elementos del paisaje que esconden siglos de historia. Las eras, esos espacios circulares de tierra apisonada donde se trillaba el grano, son un ejemplo claro. En esta ruta, se recorren tres de las eras mejor conservadas del término municipal. Están situadas en la zona norte del pueblo, cerca del antiguo camino a Villamayor de Santiago.
El itinerario sigue una antigua vía pecuaria y está flanqueado por campos que, en primavera, se llenan de amapolas y lavanda silvestre. En la segunda era, la mejor conservada, se puede observar aún el encintado de piedra que marcaba los bordes y protegía del viento las mieses agrupadas.
Curiosidad local: Según varias entrevistas realizadas a vecinos de la tercera edad, en una de estas eras se organizaban bailes durante las fiestas de San Roque en los años 50, cuando aún no existía plaza de toros permanente.
El Barranco del Cañizar: biodiversidad y leyendas campesinas
Para los amantes de la naturaleza y las rutas con cierto aire salvaje, el Barranco del Cañizar ofrece un recorrido más abrupto pero de gran belleza. Se accede desde el camino de la Fuente Vieja, girando hacia el paraje del Romeral. A lo largo de 5 kilómetros (ida y vuelta), la ruta se adentra en una pequeña garganta con vegetación ribereña, aves insectívoras y una sorprendente variedad de plantas aromáticas.
Entre las zarzas y los álamos se esconde una pequeña cueva, que según cuentan los pastores locales, sirvió de escondite durante la Guerra Civil. No faltan quienes afirman haber visto allí extrañas luces nocturnas en noches despejadas, aunque quizás se trate solo del reflejo de algún búho cruzando el cielo.
Importante: El terreno puede volverse resbaladizo tras lluvias, por lo que se recomienda llevar calzado adecuado. En época seca, es una zona excelente para observar mariposas y libélulas.
De la Fuente al Molino: el valor del agua en el paisaje rural
Este sendero conecta dos elementos clave del desarrollo histórico de Paredes de Melo: la Fuente Vieja y el Molino del Batán. Se trata de un recorrido lineal de unos 4 kilómetros que puede iniciarse en cualquiera de sus extremos. La ruta sigue el antiguo canal que alimentaba el molino, hoy apenas visible en algunos tramos, pero que marcó la economía local durante siglos.
El molino, actualmente en ruinas, conserva parte de su estructura interior, especialmente el cárcavo donde se ubicaba la rueda hidráulica. Varios vecinos apuntan que, hasta bien entrados los años 60, aún era utilizado para moler el grano de las familias del municipio.
Punto extra: Cerca del molino, un pequeño claro ofrece una zona ideal para descansar. Algunos escolares de EGB recuerdan que allí, en los años 70, se hacían excursiones con bocata de tortilla incluida.
Ruta fotográfica: los almendros del Llano de Juan Rivera
Si hay una estampa que define la llegada de febrero en Paredes de Melo, es sin duda la floración de los almendros. El Llano de Juan Rivera, situado entre el camino del Cementerio y la loma del Navajo, concentra uno de los rincones más fotogénicos del término municipal.
La ruta, corta y de fácil tránsito, se recomienda especialmente a primera hora de la mañana, cuando la luz rasante resalta el contraste entre los pétalos blancos y rosados y el cielo limpio del invierno conquense. Además de la belleza visual, el ligero aroma a flor de almendro completa una experiencia sensorial inolvidable.
Tip de periodista: Llevar una cámara con zoom medio y enfoque manual facilita captar las abejas sobre los estambres. Una imagen sencilla, pero altamente representativa de la biodiversidad de la zona.
Consejos generales para disfrutar al máximo de estas rutas
- Respetar el entorno: Muchos de estos senderos cruzan terrenos particulares o zonas de alto valor ecológico. No salirse del camino y evitar dejar residuos.
- Consultar con vecinos: Los habitantes de la zona son una fuente inagotable de información. Algunas anécdotas o desvíos interesantes no aparecen en los mapas oficiales.
- Evitar las horas de más calor: Aunque los recorridos son cortos, en los meses estivales conviene salir temprano o al atardecer.
- Llevar calzado cómodo: Ya sea por tierra, piedra o vegetación, tener buen agarre es esencial para evitar resbalones.
Un patrimonio que se camina
Estas rutas no solo permiten disfrutar del aire libre, sino que también nos conectan con el pulso profundo de Paredes de Melo. A través de caminos sencillos, entre muros de piedra, bancales olvidados y sombras de encinas, aflora un pasado vivo. Un pasado que no necesita grandes monumentos para emocionar, sino tan solo un buen par de botas y la voluntad de mirar con atención.
Y tú, ¿cuándo fue la última vez que recorriste tu pueblo a pie?